EL ARIETE

¿Cuantos sentimientos puede dar un gigante de hormigon y acero ?, tantas horas de carretera he pasado en mis desplazamientos al principado, tantos sitios especiales pero ninguno como este.
Al ir para alli y pasar por el paisaje lunar de su mina me sentia totalmente hundido, ya parecia estar en otro mundo totalmente distinto, ya me sentia desnudo, solo, enfermo.
Pero al venir y ver su dedo de hormigon escupiendo humo marrón al cielo de Galicia me sentia volar, no podia dejar de mirar hacia arriba.
Nada tan singular como el ariete de cemento abriendose paso entre la bóveda de plomo que lanza al cielo un trozo de nuestra terriña pulverizado, ese gigante que ha mordido un trozo enorme de tierra dejando su dentellada perennemente, el color negro que invade todo dejando una patina de pesimismo en el pueblo al saber que todos dependen del gigante y que cuando este se muera moriran ellos con el.
¿Como algo artificial puede ser tan paracedo a un ser vivo?, inspira, expira, come... yo creo que hasta tiene sentimientos y enferma como todos nosotros.
Asi es que en todo el camino nada me hacia sentir tan bien o tan mal como la central térmica de As Pontes.