UNAS PALMADITAS

Son las 3 de la tarde, y yo tumbado en mi sofa con la barriga rebosante de ensaladilla rusa, bistecs y patatas me dispongo a ver tranquilamente el telediario de la primera por supuesto (aquel que nuestros abuelos llamaban cariñosamente el parte).
Sale Ana Blanco con su inconfundible peinado, los titulares... un coñazo como siempre por estas fechas... Los politicos empiezan a trabajar, sube el pan, la gente se sigue estampillando contra los guardarrailes, ETA moja la cama, cayucos, Eurobasket, vuelta españa...
Me estoy quedando dormido cuando toca de nuevo inmigración en canarias, salen imagenes del barco de salvamento descargando carne de patrón cuando me fijo que uno de estos voluntarios de la cruz roja lleva a una de estas personas en brazos mientras se agarra con fuerza. No tendria nada de raro si no fuera por que el inmigrante le estaba dando palmadas al voluntario en la espalada como dandole las gracias, su mirada lo decia todo, ha vuelto a nacer y unos brazos amables lo llevan en volandas, palmaditas de cariño, de amistad.
Esa imagen se queda grabada en mi retina antes de caer en un profundo sopor sostenido por los leves siseos de Mariano Rajoy, hablando de todo menos de palmaditas amables.
Pues si amigos, esa imagen vale más que mil palabras, estoy medio avergonzado por haber comido tanto y por permitirme el lujo de dormir la siesta mientras se despacha toda la mierda del mundo.